Crisis Financiera En EE UU)
Donald Trump y sus nuevas imposiciones
Santo Domingo
Miguel Taveras
Columna Mi Perspectiva
Fuente externa
Los mercados bursátiles cayeron el lunes, con las acciones
tecnológicas liderando la caída, ya que los inversores se preocuparon por el
riesgo de que las políticas comerciales del presidente estadounidense, Donald
Trump, puedan empujar a Estados Unidos a una recesión.
Y es que, para nadie es un secreto que, desde que estaba en
campaña, el presidente Trump venía con la idea de realizar una reforma a la
administración pública, supuestamente, para reducir los fondos del tesoro.
Pero la realidad es que, desde que tomó posesión el
20 de enero de 2025, la visión del mandatario estadounidense está más enfocada en
afianzar su política internacional y en recuperar el lugar de Estados Unidos
como potencia mundial, dejando de lado el mercado de valores.
El director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, afirmó el
lunes que la inflación en Estados Unidos se elevará por las políticas
nacionalistas, incluida la deportación de trabajadores migrantes.
El responsable del gigante de la gestión de inversiones, en
su intervención en la conferencia CERAWeek de Houston, añadió que los mercados
están descontando la inflación y que habrá nuevos aumentos de los costos en los
próximos seis a nueve meses.
Las amenazas arancelarias intermitentes de Trump contra
Canadá, México, China y otros países han dejado a los mercados financieros
estadounidenses en crisis y a los consumidores inseguros de lo que puede traer
el año. Por lo que es normal que muchos inversionistas muestren su
preocupación.
Un ejemplo de esto es Kathleen Brooks, directora de investigación
de la plataforma comercial XTB, quien afirmó diciendo: “El presidente Trump
parece haber abandonado el mercado de valores estadounidense y está dispuesto a
poner su visión política por encima de las perspectivas a corto plazo de la
economía estadounidense”, manifestó a través de una nota de prensa.
La bolsa de Estados Unidos Abrió marzo con su peor sesión de
2025, por una decepcionante encuesta de confianza de fábricas después de que el
gobierno americano impuso aranceles a México y Canadá.
En vista de todos estos acontecimientos, debemos
preguntarnos, ¿estamos frente a una nueva crisis económica?
Para saber esto, analicemos las crisis económicas más
trascendentales en Estados Unidos, que han afectado no solo la economía
americana, sino que también han golpeado la economía mundial.
Crisis del 29, Conocida como la Gran Depresión
La Gran Depresión, que se inició en 1929, fue el resultado
de una combinación de factores económicos y financieros interconectados. Uno de
los principales detonantes fue el colapso del mercado de valores de Nueva York,
también conocido como el "Martes Negro" (29 de octubre de 1929). Este
evento desencadenó una ola de pánico y ventas masivas que afectó tanto a
pequeños especuladores como a grandes capitalistas y bancos, generando una
crisis de confianza y una contracción del crédito. La falta de liquidez y la
reducción de la oferta monetaria por parte de la Reserva Federal agravaron la
situación, lo que provocó quiebras bancarias y una disminución drástica del
consumo.
Además del colapso bursátil, la desigualdad económica y el
endeudamiento excesivo jugaron un papel crucial. En 1929, el 1% más rico de la
población estadounidense poseía más de la mitad de la riqueza del país,
mientras que el resto de la población se endeudaba para mantener su nivel de
vida. Las políticas de crédito fácil fomentaron la especulación y el consumo
desmedido, lo que llevó a una crisis de liquidez cuando el mercado colapsó y
muchas personas retiraron sus ahorros de los bancos, incrementando el
desempleo.
La crisis también tuvo un impacto global, ya que los
mercados europeos dependían de la financiación estadounidense para recuperarse
de la Primera Guerra Mundial. El colapso en EE. UU. se propagó rápidamente a
otros países, y las políticas proteccionistas, como el aumento de. Aranceles contribuyeron a la contracción del
comercio internacional, lo que agravó la crisis económica a nivel mundial.
La Gran Depresión reflejó problemas estructurales en la
economía global, como la sobreproducción y la falta de adaptación a las nuevas
realidades económicas. La crisis llevó a un aumento del nacionalismo y a la
implementación de políticas que dificultaron la recuperación económica,
sentando las bases para tensiones políticas que culminarían en la Segunda
Guerra Mundial.
El 24 de octubre de 1929 ocurre el llamado “jueves negro” en
la bolsa de valores de Wall Street en Nueva York, EE. UU. Fue sorpresivo para
banqueros, inversionistas y dirigentes políticos del mundo; el 29 de ese mes
seguiría una caída mayor de la bolsa de valores. En esos días, los
inversionistas, presos de la incertidumbre, se arremolinaron en torno a la
bolsa de valores de Nueva York con el fin de vender sus acciones.
A esta le secundarían los derrumbes de otras bolsas de más
países. Estas caídas representaban la reducción dramática de los precios de los
valores que ahí se cotizaban; de una ligera recuperación en 1930 se pasó a
subsiguientes caídas de la bolsa estadounidense. Las consecuencias inmediatas
redundaron en una gran pérdida de riqueza en todos los continentes, minando la
confianza de los inversionistas.
El impacto de la Gran Depresión fue tal, que muchas familias
se sacrificaban y vendían lo poco que tenían para comprar alimentos y poder
sobrevivir.
Es pertinente destacar que la crisis del 29 o Gran Depresión
no es la única crisis que ha afectado a Estados Unidos, ya que, tras la Segunda
Guerra Mundial, terminada en 1945, la economía americana fue un soporte para
Europa, a través del Plan Marshall, una iniciativa clave de los Estados Unidos
que buscaba la recuperación económica de Europa Occidental, desempeñando un
papel estratégico en el panorama geopolítico de la era de la posguerra, dejando
al departamento del tesoro con grandes pérdidas para 1976.
Ahora bien, mencionando un caso más reciente, abordemos un
poco la crisis económica de 2008.
La crisis financiera internacional de 2008 tuvo su origen en
el problema de las hipotecas subprime de EE. UU. y se extendió después,
afectando no solo a toda la economía de ese país, sino también a las de otras
naciones, de manera principal, miembros de la Unión Europea.
En los primeros años del siglo XXI, la evolución
macroeconómica de EE. UU. implicaba un déficit considerable de cuenta
corriente, el cual, como porcentaje del PIB, alcanzó el 6% en 2006. En un marco
de tasas de interés bajas y abundante liquidez, propiciado por la propia
política monetaria de EE. UU., tales déficits se financiaban sin dificultad con
entradas de capital. Al mismo tiempo, ocurría en el mundo, y de manera
particular en EE. UU., un proceso de profundización de la innovación financiera
que se retroalimentaba de la expansión del crédito. Éste impulsaba la
innovación financiera, que buscaba incrementar la rentabilidad de los recursos
financieros que podían obtenerse con relativa facilidad.
La crisis se produjo cuando empezaron a caer los precios de
los bienes raíces. Al incumplir los deudores con los pagos de sus hipotecas, en
su mayoría, de baja calidad crediticia (subprime), el castillo de naipes empezó
a derrumbarse. El contagio se hizo presente. Al no conocerse la magnitud de los
pasivos netos fuera del balance de las instituciones financieras, se paralizó
el crédito, y esto provocó una crisis sistémica.
En nuestro país, esta crisis económica global impactó
significativamente nuestra economía, que había experimentado un crecimiento
económico robusto en los años previos. En 2008, la economía dominicana creció
un 5.3%, una disminución respecto al 8.5% de 2007. A pesar de esta
desaceleración, la tasa de desempleo se redujo ligeramente, del 4.5% al 4.2%.
Sin embargo, el déficit en cuenta corriente se duplicó, alcanzando el 9.7% del
PIB, lo que refleja un deterioro en la situación macroeconómica del país. La
inflación, que había alcanzado un 14.6% en septiembre de 2008, disminuyó hacia
finales del año debido a la caída de los precios internacionales de productos básicos.
Como podemos ver, estas crisis no solo afectan a su economía
principal, Estados Unidos, sino que, sin darse cuenta, afectan las economías de
la región, incluyendo la nuestra. Por tanto, no será sorpresa enterarnos en la
prensa de que estamos en espera de una crisis financiera en este 2025. Hay que
reconocer que no es el deseo de este articulista promover el surgimiento de una
posible crisis financiera mundial, debido a que son las mismas estadísticas las
que lo confirman.
En total, el S&P 500 perdió 77.78 puntos hasta situarse
en 5521.52. El Dow Jones cayó 537.36 hasta 40,813.57, y el Nasdaq Composite se
hundió 345.44 hasta 17,303.01. Otras áreas del mercado que también habían sido
beneficiadas por el gran impulso anterior han visto cómo su fortuna ha cambiado
drásticamente. Tesla, de Elon Musk, cayó un 3% tras una inusual ganancia
consecutiva, y ha bajado más de un 40% en lo que va de 2025.
American Eagle Outfitters cayó un 4.1% después de que el
minorista dijera que “una demanda menos sólida y un clima más frío” han frenado
su rendimiento recientemente. Preveía una caída de los ingresos para el próximo
año, aunque también presentó un informe de beneficios más sólido para el último
trimestre de lo que esperaban los analistas.
La imposición de aranceles por parte de la administración
Trump ha generado una considerable incertidumbre y volatilidad en la bolsa de
valores, cuyos anuncios de aranceles han provocado caídas en los principales
índices bursátiles debido a la preocupación de los inversores sobre las
posibles consecuencias económicas negativas de estas políticas comerciales impuestas por la nueva administración.
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Miguel José Taveras Benítez.
Estudiante de derecho en la PUCMM, Y subsecretario de proyectos Y actividades Del club de ideas políticas en la misma universidad.
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